El cine, esa ventana mágica que nos presenta realidades inimaginables para unos, fantásticas para otros, ventanas que nos muestran de que todo es posible de como de ser un enclenque puedes convertirse en el Capitán América o viajar en múltiples dimensiones y salvar a la humanidad de su agonía, ver el centro de la tierra o la infinidad del espacio, eso y mucho pero mucho más es el cine.
Pasa en la vida real, pasa en TNT; este slogan de la cadena de televisiva fue un tiro al piso “no se falla” y nos permitió que esta ventana se hiciera mucho mas grande, ya no es solo en la pantalla, cualquiera puede ser Batman y visitar niños en un hospital o un lobo del mercado financiero.
La capacidad que tiene el cine de enamorarnos de las cosas a tal punto de desearlas y que sean parte de nuestra vida cotidiana se ha vuelto algo real hasta un poco extraño, por ejemplo podemos hablar de los fanáticos de Stars Wars o de Star Trek, se volvieron parte de la cultura pop.
En el 2003 se estrenó una película con una trama muy peculiar, la esposa de un hombre es brutalmente asesinada por un asesino serial y su hijo queda discapacitado, en una serie de eventos el hijo es raptado y el hombre tiene que buscar al secuestrador a miles de kilómetros con la ayuda de una mujer con discapacidades mentales, una trama que parece sacada de cualquier libro del autor John Kazenbacht, pero no es así, estamos hablando de la película infantil Buscado a Nemo.
Con un presupuesto de 94 millones de dólares logró recaudar más de 936 mil millones, una duración no más de 100 minutos le permitió ser galardonada con el Oscar en el mismo año.
Esta fantástica aventura trajo sus consecuencias que representan para el medio ambiente un gran problema, estamos hablando de la extinción de las especies marina de la película, el pez payaso (Marlyn) y el pez cirujano (Dory). Ese deseo de traer ese mundo de fantasía a nuestro día a día esta empujando a dos especies a desparecer.
Después del estreno en 2003 las ventas del pez payaso solo en España se dispararon en un 40% y aunque este pez se cría en cautiverio en las filipinas e Indonesia se vio sobredimensionado a tal punto que es insostenible, para Dory no existe la misma suerte, “si usted ve al pez cirujano en un acuarios es que fue capturado en altamar ya que no es un pez que se pueda criar en cautiverio” aseguró la Asociación por la Conservación de Peces Ornamentales.
National Geographic ya encendió sus alarmas ante tan preocupante situación, a través de sus redes sociales oficiales mostro un video en donde están los puntos clave para entender este problema, en solo 24 hora alcanzo 7 millones de reproducciones hoy ya lleva mas de 20 millones.
En Mercado Libre México se pueden conseguir al pez cirujano entre 700 y 1600 dólares y al pez payaso entre los 150 y 900 dólares.
Todo esto es una consecuencia del cine cuando es aplicado de está forma irresponsable trae resultados catastróficos. ¿Qué seria del mundo si trabajáramos con responsabilidad en busca del bienestar de la humanidad alejado de todo deseo egoísta?
La corresponsabilidad de nuestros actos no es general es individual, solemos atribuir el problema a la sociedad y como individuo somos inocentes, –es culpa del colectivo no mía o como podemos aportar soluciones si yo estoy aquí y eso es del otro lado del mundo–, con esas excusas nos pudimos salvar de la culpa hace diez o veinte años, pero hoy en donde las comunicaciones son mas rápidas y efectivas algo si se puede hacer. Ya no son invisible los asesinatos en Sierra Leona o el Congo, la caza ilegal de ballena o de rinocerontes en África por poner ejemplos.
El mundo sigue cambiando y con ello nosotros también, pero aun no es para el bien común es para el individualismo entre comodidades y lujos materiales reducidos a la pasividad y el egoísmo. Una cultura trivial preocupada por los sensoramas, las orgias latrías y la pelota centrifuga así lo describió Aldous Huxley, en su libro “La felicidad de la vida”.
Así vamos camino a la extinción.
Caminando 